La gastronomía francesa es reconocida mundialmente como una de las más refinadas y sofisticadas del entorno. Su influencia se puede encontrar en muchas cocinas internacionales y su reputación se ha ganado a lo largo de los siglos. Pero, ¿cómo surgió esta reputación y cómo se desarrolló la alta cocina francesa?
La Gastronomía Medieval
Para entender el origen de la alta cocina francesa, es necesario remontarse a la Edad Media. Durante este período, la cocina francesa comenzó a destacar, especialmente entre la nobleza y el clero. Los banquetes eran opulentos y marcados por la abundancia excesiva más que por la elegancia. En ese momento, no existía la costumbre de usar cubiertos y los alimentos se servían todos de una sola vez en grandes cantidades, se comía con las manos sin ninguna ceremonia.
El Reinado de Luis XIV
Fue durante el reinado de Luis XIV, conocido como el rey-sol, cuando la gastronomía francesa vivió un periodo destacado y decisivo. Este monarca implementó reformas que revolucionaron la cocina francesa. Durante sus 72 años de reinado, hubo una gran evolución en varios aspectos de la gastronomía.
En la corte, las comidas se convirtieron en auténticas fiestas de elegancia, con una atención sin precedentes a la presentación de los platos. Se introdujo el uso individual de platos y cubiertos, y se estableció la etiqueta en la mesa. Además, se dividió la comida en etapas, lo que permitió que cada plato fuera apreciado adecuadamente.
La alta cocina francesa se impuso como una experiencia única y cuidada, que prestaba una gran atención al detalle. Este nivel de elegancia en la forma de cocinar, emplatar y comer se extendió rápidamente por toda Europa.
Una Nueva Paleta de Sabores
Los cambios en la cocina francesa no solo se limitaron a la presentación y la etiqueta, sino que también hubo una transformación en la forma de cocinar y en la elección de ingredientes. Hasta mediados del siglo XVII, se utilizaban grandes cantidades de azúcar y especias en los platos de la corte. Sin embargo, esto resultaba en una mezcla de sabores fuertes y difíciles de digerir.
Con el tiempo, aumentó el interés por los sabores agradables y se empezaron a utilizar hierbas aromáticas en lugar de especias. Esto abrió una nueva paleta de olores y sabores en la cocina francesa. Los sabores naturales de los alimentos empezaron a ser valorados más que los condimentos fuertes.
La Revolución en la Cocina
Los cocineros de la época fueron verdaderos pioneros en la elaboración de nuevas recetas y en la combinación de sabores. Durante este periodo, surgieron nuevas técnicas de cocina y se experimentó con nuevos ingredientes. Se empezó a utilizar más huevos, leche y nata en la cocina, y se inventó el roux, una mezcla de harina y mantequilla que se utiliza para espesar salsas.
También se introdujeron los caldos, cocinados lentamente con diferentes tipos de carnes y aromatizados con hierbas. Las frutas y verduras también empezaron a ser más comunes en las mesas. En poco tiempo, se produjo una verdadera revolución en las cocinas y en los salones de fiestas y banquetes.
La alta cocina francesa sentó las bases de lo que hoy en día conocemos como alta gastronomía. Su influencia se puede encontrar en numerosas cocinas internacionales y su reputación como una de las cocinas más refinadas del entorno sigue siendo innegable. La historia y herencia de la alta cocina francesa son un patrimonio cultural que debemos preservar y apreciar.
En Costa Verde, nos enorgullece estar al tanto de las últimas tendencias en la gastronomía mundial y desarrollar líneas de porcelana que se adapten a ellas. Sin embargo, también reconocemos la importancia de honrar los principios de la historia gastronómica y la herencia que nos ha llegado hasta nuestros días. ¡Acompáñanos en este viaje a través de la historia de la gastronomía!
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